Tránsito


Tiene el otoño el color de las hojas que caen al suelo olvidadas. Se pierden entre las pisadas con prisa que hay bajo los paraguas desplegados. Entre las gotas de lluvia que mojan las aceras. En los silencios húmedos de esta estación de paso. Se van enredando en el suelo, coloreando las aceras, dibujando sus contornos sobre el gris de la ciudad. Se van convirtiendo en lecho para los sueños del verano que termina, dejando desnudos a los árboles ante el invierno que llega.  A mitad de camino entre final y principio. Un poco como esas hojas que ya no están, pero que aún son. Como todo lo que perdemos pero no olvidamos, que se queda de algún modo enredado en nuestra historia hasta que una mañana el viento lo despega del suelo y nos deja así, sumidos en el invierno. Desnudos, solitarios, temblando.


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