HAY UNA ESCENA en la Guerra de las Galaxias en la que Yoda le dice a
Luke algo parecido a «Hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes». Cuando
escuché esta frase por primera vez, pensé bastante en ella. Al principio
me pareció una frase cargada de razón pero, a medida que pasaba el
tiempo, la encontraba más absurda. Al parecer, para Yoda en la vida se
podía triunfar o no hacer nada. El fracaso no entraba en sus planes.
Intentarlo y no tener éxito no era una opción válida. ¡¿Cómo?!
Puede que, a priori, parezca hasta lógico. ¿De qué sirve intentarlo
si no se consigue? No parece tener mucho sentido. Sin embargo, Edison
necesitó mil intentos antes de inventar la bombilla y nunca los
consideró un fracaso. Citándole: «¿Fracasos? No sé de qué me hablas. En
cada descubrimiento me enteré de un motivo por el cual una bombilla no
funcionaba. Ahora ya sé mil maneras de no hacer una bombilla». Es
inmediato pensar que sí, falló, tan solo consiguió triunfar con aquel
intento mil uno pero, ¿no fueron acaso parte de aquel triunfo los mil
fracasos anteriores? ¿No lo consiguió, finalmente, a base de intentarlo?
Así empieza mi artículo para el nuevo número de Vozed, podéis leerlo completo aquí.
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