Y dar la vuelta al mundo tumbados sobre el asfalto

Te quitabas los zapatos verdes y dabas la vuelta al mundo con tus pies. Yo te observaba desde arriba, tratando de adivinar que destino elegirías esta vez. Me gustaba cuando decías algún lugar imposible, como Constantinopla o la Antártida. Me volvías loco cuando te empeñabas en viajar a alguna ciudad llena de gente y me preguntabas durante horas hasta decidir en cuál de ellas podrías encontrarte con más mujeres con el pelo azul.

A veces nos pasábamos las horas muertas tumbados, con el mundo entre nosotros, cada uno en un extremo opuesto del planeta. Tú decías que en tu lado hacía frío y nevaba, yo me quitaba la camiseta y te contaba que el calor era asfixiante al otro lado del globo terráqueo. Después cogías el jet privado de tus piernas y te acercabas planeando a mí mientras tu ropa caía, prenda a prenda, sobre el asfalto mojado.

Mi viaje favorito era dar la vuelta al mundo a besos. Siempre empezábamos en el polo norte, con aquellos besos de esquimal que me dabas con tu nariz fría. En Rusia, decías, los besos eran al estilo mariposa. Luego estaban los tres besos franceses y los dos españoles. En África me dabas un lametón en la mejilla y en Australia un mordisquito en la oreja… pero lo mejor de todo era llegar al Polo Sur. Allí, como nadie podía vernos, los besos se volvían cálidos y apasionados. Nos envolvían y enredaban en caricias y jadeos, hasta terminar con nuestros cuerpos fundidos sobre el suelo. Te divertía decir que nosotros éramos culpables de la descongelación de los polos.

Aún no comprendo cuál de todos nuestros viajes te llevó hasta la puerta. Solo sé que un día llegué y encontré tu maleta roja junto al globo terráqueo. Ni siquiera pudiste mirarme a los ojos para decirme que te marchabas. Tus zapatos verdes salieron por aquella puerta sin que tú pronunciaras la palabra adiós.

12 comentarios:

Alía Mateu dijo...

Esa extraña sensación de estar quieta mientras el mundo gira...
Te leo y es como si lo hubiera pensado yo y luego, gracias a una extrapolación (madre mía que palabra más rara) lo hubieras escrito tú.

Sí señor!

Un besote

Tom dijo...

¿para que decir adiós? es mejor dejar los finales abiertos

Reindeershorns dijo...

Pero solo va a dar la vuelta al mundo de verdad y luego va a volver. Eso seguro

L. Araneda dijo...

Lindo blog y texto :)

Ausencia Silenciosa dijo...

Quiero unos zapatos verdes :)

Anónimo dijo...

decidido, me encanta tu blog. muás

bixitoluminoso dijo...

Eso me recuerda...

¿Donde estan los zapatos verdes de la cabecera...?

Se han ido?? con lo que me gustaban!!

Dar vueltas al mundo tumbada sobre el suelo siempre fue una aventura intrepida....

bixitoluminoso dijo...

Eso me recuerda...

¿Donde estan los zapatos verdes de la cabecera...?

Se han ido?? con lo que me gustaban!!

Dar vueltas al mundo tumbada sobre el suelo siempre fue una aventura intrepida....

Sara dijo...

Precioso Sara, sencillamente precioso!!

¿Qué tal va el asunto de la firma? ;)

Verónica dijo...

El mundo siempre girara entorno a nosotros, la pregunta es la siguiente ¿quieres subirte tu a él?...

besotes de esta peke.

pd. te espero por mi rincon con tu taza de cafe, siempre que quieras...

mlle.Chen dijo...

una etapa nueva.

Pugliesino dijo...

No hay agencia ni medios, ni destino, ni ofertas, ni pagos ni cobros, ni estación ni día que pueda ofrecer mejor viaje!

Sencillamente, genial.

Y justo en este día en el que el verde de primavera y el rojo de verano giran alrededor del mundo :)

Un abrazo!