Rota


Que yo no quiero rutinas, ni besos con prisa, ni huidas, ni sentarme a esperar que te decidas, que mientas, que sigas, que te canses de volar. Que puse mi futuro a plazo fijo y me quedó en números rojos la cuenta, la vida, a su antojo. Se me fueron corriendo las ganas de soñar. Salté por la ventana mientras se derrumbaba el techo. Sin equipaje, sin mañana. Y aún encuentro entre los escombros de vez en cuando algún recuerdo que me pone de rodillas y me hace temblar. Que no, que yo no quiero pasado, ni restas, ni lazos. Que prefiero mil veces la guerra que liderar una prisión. Que me cansé de sus jaulas y me perdí por los tejados para no volver. Para no ser más la que se dejaba acorralar, a la que domesticaban. Que yo no quiero ser lo que alguien esperaba que fuese. Que me quedaron grandes sus vestidos y pequeñas sus ideas. Que para saltar los charcos no necesito paraguas, ni botas de agua, ni lluvia. Que soy todo lo que tengo y ya no quiero nada más. Y no hago promesas, ni preguntas, ni planes a largo plazo. Me fui vaciando de todo para llenarme de mí. Como si me iluminara de golpe. Es difícil sostener una vela bajo la fría lluvia de noviembre y yo no quiero apagarme. Y si te deslumbro quizás deberías comprobar si la luz de tu habitación está encendida antes de soplar en mi contra. Que yo no quiero ser ni tu salvación ni tu condena. Que yo sólo quiero correr y notar como el viento me despeina. Y encontrarme descalza, salvaje, sola al caer la noche. Agazapada entre mis ruinas, apuntando sonrisas en mi diario. Un poco menos incompleta de lo que estaba al amanecer, pero igual de rota.

1 comentario:

The Darkness Joe dijo...

"Que puse mi futuro a plazo fijo y me quedó en números rojos"

Qué gran verdad en la vida y en el amor, ser conservador es perder poco a poco. La mejor defensa un buen ataque y mañana Dios dirá.