El último baile

Once metros pueden parecer miles cuando son la distancia que nos separa. Yo permanezco inmóvil y esos once metros se mantienen impasibles entre tú y yo. Tú mirada, a once metros de distancia, me llama a gritos. Te escucho pero sigo sin poder hacer nada. Once metros, pienso, solo son once metros. Pero esos once metros ahora mismo son la distancia entre tú y yo y tú bien sabes que la distancia hace el olvido. Te olvidarás de mí, lo sé, aunque solo sean once metros y aún puedas verme a lo lejos.

Estos once metros serán nuestro fin. Por eso, cuando el decorador mira el hueco que hay junto a ti y suspira, cierro los ojos y suplico que me acerque a ti. Te ponen un traje de fiesta y te colocan los brazos para que parezca que estás bailando. Después, su ayudante, se dirige hacia nosotros. Busca un chico, le han dicho, para llevar esmoquin. Nosotros, desnudos y desmembrados, rogamos ser escogidos. El ayudante coge unos brazos, unas piernas, un torso y mi cabeza. Creo que voy a estallar de felicidad cuando me recompone con pedazos de otro y me acerca a ti. Me pone un esmoquin negro y el me coloca a tu lado. Miro desafiante a los once metros que amenazaban con separarnos y después te miro a ti. Me coloca los brazos como si estuviera bailando contigo. Tus labios de plástico me lanzan un beso.

Once centímetros, calculo rápidamente. Sí, pienso, puedo hacerlo. Un centímetro al mes hasta el próximo cambio de decorado. Nadie en los grandes almacenes se dará cuenta de que los maniquies vestidos de fiesta cada vez bailan más juntos.

15 comentarios:

galmar dijo...

qué lindooo :))) un besoteee!!! me gustan los paragüas rojos :))) muásssss!!! felizliz día :)))

Reindeershorns dijo...

Al principio yo pensaba que eran muñecos con los que jugaba una niña :3

Ángelicaladas dijo...

Vale, el primer párrafo nos llena de ideas equivocadas jjajajajaja Un baile estático que has conseguido llenar de movimiento.

Besos angelicales

ChicaGuau dijo...

Qué bonito texto... (L)
¡Un besito!

Dara dijo...

once metros son un dolor, bien lo sabré yo, pero once centímetros te los comes a bocados en un ratito.

qué amor (L)
(mimodeosopanda)

conbotasrosasye_yé dijo...

jooo!siempre pensé que en las tiendas de juguetes por las noches se cocían fiestas, pero nunca pude imaginar el amor secreto entre maniquies!

muy lindo, si señorita! ya entiendo el porque a los maniquies todo le queda bien, y es que con esa felicidad de amor saben lucirlo jijijiji!!

sonrisas de escaparate!

Ausencia Silenciosa dijo...

Siempre jugando con nuestras mentes hasta que llega el final...

Qué lindoo! :) Ya me detendré con más frecuencia a mirar los maniquies :)

patri dijo...

Qué bonito!muy original texto...
Cada día mejor.
BESOS

Sara dijo...

Al principio pensé que se trataba de un baile con dos tímidos.

Me ha gustado esa parte en la que no cogía al maniquí completo y lo transportaba, sino que lo recomponía con diferentes trozos. Por un momento pensé que cada una de las piezas iba a mantener una conversación en conjunto.

Ha sido como un Toystory de maniquies.

Saludos!

Pugliesino dijo...

Haces magia con tus palabras cuando estas muestran lo invisible que tiene lugar entre esa distancia de once metros al otro lado del escaparate.

Atrapas momentos inimaginables :)

Bellísima historia!

Anónimo dijo...

Espero que los dejen así para siempre, :)

galmar dijo...

:))) muchas gracias por tu comentario:)))) disfruta al segundo!!! Te he vuelto a leer:)) qué linda historia:))) biquiñosssss:))))

Pedalier dijo...

Conseguir sacar una historia coherente de algo tan inexpresivo como una maniquí,tiene un mérito enorme.

Yandros dijo...

Y yo creia que hablabas de un penalty jajajaja
Que bien escribes por dios!
Abrazos estáticos

Maat dijo...

El amor no entiende de distancias... ni de cuerpos inertes :)

Un besote